Lección 3
El Espíritu Santo - Una Fuente de Poder Siempre Presente
Textos Bíblicos: 1 Corintios 3:16; 6:19; 2 Corintios 6:16
Verdad Central: Todo creyente lleno del Espíritu Santo tiene en su interior todo el poder que va a necesitar para triunfar en esta vida.
El Nuevo Testamento nos da tres relaciones que Dios sostiene hacia el hombre: (1) Dios por nosotros; (2) Dios con nosotros; (3) Dios en nosotros.
El tener a Dios por nosotros garantiza el éxito: "Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?" (Romanos 8:31. Si Dios está a favor nuestro, la victoria es segura si Dios es por nosotros - y nosotros sabemos que Él es por nosotros - nos volvemos totalmente audaces en la vida. No importa cuan difícil sea la situación - no importa la obscuridad de las nubes que amenazan en el horizonte de nuestra vida - estamos tranquilamente asegurados de que triunfaremos. No puede haber fracaso si el Señor está por nosotros.
También podemos tener la seguridad de que Dios está con nosotros. No importa cuáles sean las circunstancias, nuestro Señor está con nosotros. El conocimiento de la Palabra de Dios en esta línea ciertamente debería hacer que nuestros corazones saltaran por gozo dentro de nosotros y sostener a nuestros espíritus en fe y confianza.
En el Nuevo Testamento tenemos "un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas" (Heb. 8:6). Bajo el pacto del Antiguo Testamento, Dios era por Israel y estaba con Israel, pero no estaba en ellos.
Dios es por nosotros y está con nosotros hoy en día, pero también tenemos algo mejor: Dios está en nosotros. ¡Dios está realmente haciendo Su hogar en nuestros cuerpos!
Nuestros Cuerpos
Templo de Dios
1 CORINTIOS 3:16
16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?
1 CORINTIOS 6:19
19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
2 CORINTIOS 6:16
16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos. Y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Muy pocos de nosotros somos realmente conscientes de que Dios está en nuestros cuerpos. Si los hombres y las mujeres fueran conscientes de Dios en sus cuerpos, no hablarían ni actuarían como lo hacen. Algunos cristianos constantemente hablan acerca de su falta de poder; su falta de habilidad. Si se dieran cuenta que Dios está en ellos, ¡sabrían que nada les es imposible!
La Biblia dice, ". . . al que cree todo le es posible" (Marcos 9:23). La razón por la cual todo le es posible al que cree es porque Dios nuestro Padre planeó que el creyente tuviera a Dios mismo viviendo en él a través del poder del Espíritu Santo. Y con Dios en una persona, nada es imposible.
De todas las verdades poderosas en conexión con nuestra redención, este es el clímax: Después de que Dios Mismo nos ha recreado y hecho nuevas criaturas - nos ha hecho Suyas propias -entonces, Él, en la Persona del Espíritu Santo, hace de nuestros cuerpos Su morada.
Juan escribió en Su primera epístola, "Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4)
Ambos, Pablo y Juan estaban escribiendo a personas que no solo habían recibido vida eterna, sino que eran creyentes llenos del Espíritu - aquellos en quienes el Espíritu Santo había venido a morar - aquellos quienes tenían la señal sobrenatural o el testimonio de Su presencia moradora; el hablar en otras lenguas.
Juan dijo, ". . . mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo." Yo sostengo que todo creyente nacido de nuevo y lleno del Espíritu tiene en su interior, listo para usarse, todo el poder que pudiera necesitar para triunfar en la vida.
Cuando ponemos las escrituras citadas anteriormente todas juntas, es bastante claro que a través de la plenitud del Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Trinidad - Dios Mismo -mora en el creyente. El ya no mora más en un Lugar Santísimo hecho por hombres. Nuestros cuerpos han llegado a ser Su templo.
El Antiguo Testamento
Consumado
En el Antiguo Testamento, bajo el pacto antiguo, la presencia de Dios se mantenía escondida en el Lugar Santísimo. Nadie se atrevía a entrar en aquel lugar excepto el Sumo Sacerdote, y él únicamente con grandes precauciones. Si alguien más se atrevía a entrar, caía muerto. Era necesario que todo varón en Israel se presentara a si mismo por lo menos una vez al año en Jerusalén, porque allí era donde estaba la presencia de Dios.
Pero justamente antes de que Jesús muriera en la cruz, Él dijo, "Consumado es." Él no se estaba refiriendo al Nuevo Pacto; se refería al Antiguo Pacto. El Nuevo Pacto no fue consumado hasta que Cristo ascendió a lo alto y entró en el celestial Lugar Santísimo con Su propia sangre para obtener eterna redención para nosotros, como declara Hebreos. Entonces y sólo entonces fue el Nuevo Pacto consumado.
Cuando Jesús en el escabroso monte Calvario dijo, "Consumado es" la Biblia nos dice que el velo que separaba el Lugar Santísimo en el Templo se rasgó en dos de arriba abajo.
Josefo, el historiador judío, nos dice que ese velo o cortina era de doce metros de longitud, seis metros de altitud, y diez centímetros de grosor. Dios envió a Su mensajero abajo para que rasgara aquel velo en dos de arriba abajo, significando que el Antiguo Pacto estaba consumado.
La presencia de Dios, la cual había estado contenida en el Lugar Santísimo, dejó aquella estructura hecha por hombres. El nunca más ha morado en un edificio hecho por hombres.
Cuando llamamos a un edificio "la casa de Dios," en parte estamos en lo cierto, y en parte equivocados, depende de a qué nos referimos. Si nos referimos a que el edificio es la casa de Dios porque Dios vive y mora allí, estamos equivocados. El no mora en un edificio.
Si nos referimos a que es la casa de Dios y es sagrada porque está edificada en el Nombre de Jesús y está dedicada al servicio del Señor, entonces estamos en lo correcto - es una casa de Dios. Sin embargo, Dios no mora en un edificio hecho por manos; El vive y mora en nosotros a través del poder del Espíritu Santo.
Juan dijo: ". . . mayor es el que está en vosotros. . . " Mirando otra vez en Juan 14:16 (lo cual estudiamos en nuestra última lección), Jesús dijo: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre." Y al final del versículo diecisiete, "(Él) estará en vosotros." Esto es lo que Juan también está diciendo, al escribir a los creyentes nacidos de nuevo y llenos del Espíritu: "Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo." ¿Quién es "el que está en el mundo"? Satanás, el Dios de este mundo.
Pero Aquel que está en ti es mayor. Si fuéramos conscientes del Mayor en nosotros, no temeríamos al diablo, porque el que está en nosotros es mayor que el que está en el mundo.
Si estamos conscientes de Aquel que es Mayor que mora en nosotros y creemos lo que la Palabra de Dios dice sobre Su presencia, no importa a qué o a quién nos enfrentemos, no tendremos ningún temor. Tenemos la Fuente de todo poder morando en nosotros.
Así como el Espíritu Santo mora en nosotros, de acuerdo con la promesa de Cristo, andaremos en el poder del Espíritu Santo. No tenemos que ser derrotados por las circunstancias de la vida. Podemos levantarnos por encima de nuestras limitaciones físicas a través del poder de Su Espíritu.
Texto Para Memorizar:
". . . mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).
LA LECCION EN ACCION: "Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores. . . " (Santiago 1:22).
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