En este capítulo continuaremos viendo la doctrina de los tiempos finales a la luz de la Palabra de Dios.
Acerca de las cosas que enseñaremos en esta lección, hay varias escuelas de interpretación bíblica que enseñan distintas posturas teológicas, pero en este estudio solo enseñaremos la posición que creemos.
La Gran Tribulación
La Gran Tribulación es un periodo de siete años que ocurrirá inmediatamente después del arrebatamiento y concluirá con la Segunda Venida de Cristo.
En Daniel 9:24-27 se encuentra la profecía de las setenta semanas de Daniel: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”
En Génesis 29:27 vemos que una semana nos habla acerca de siete: “Cumple la semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hagas conmigo otros siete años.”
Notemos que estas semanas nos hablan acerca del tiempo de Israel.
La profecía de Daniel se ha cumplido rigurosamente. Ciro dio la orden para reconstruir Jerusalén alrededor del año 450 AC.; en esa primera semana se reconstruyó con dificultades el templo y el muro como vemos en los libros de Esdras y Nehemías. Al final de las 69 semanas (483 después de la orden de Ciro), en el año 33 DC. murió el Mesías mas no por si; la muerte de Jesús marco el fin del tiempo de Israel, para pasar al tiempo de la iglesia, y luego habrá un periodo de siete años al fin del tiempo de la iglesia, que será la última semana del pueblo de Israel, que será el periodo de la Gran Tribulación.
Entre los capítulos 4 y 19 de Apocalipsis podemos ver este periodo de la Gran Tribulación. En Mateo 24:21 dice: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.”
Será un periodo de gran sufrimiento para la gente que quede en la tierra; grandes catástrofes, epidemias, hambrunas y guerra entre otras cosas terribles; el juicio de Dios vendrá contra el hombre que lo rechazó.
En esta época se levantará un líder mundial que será conocido como el anticristo, el cual se manifestará al principio de la Gran Tribulación: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.”
Apenas sea quitado el que lo detiene; el Espíritu Santo que será quitado al momento del arrebatamiento, en ese momento se manifestará el Anticristo.
En ese tiempo la gente tendrá que pagar un precio muy alto por su salvación: “. . . y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos. . . .”
El Retorno de Jesús por Segunda Vez
En Apocalipsis 19:11-21 vemos lo que sucederá al final de la Gran Tribulación: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.”
Jesús que vino a la tierra la primera vez como un Mesías sufriente, regresará como un Mesías triunfante. Y junto con Él regresaremos nosotros como su ejército victorioso.
En este momento Jesús ejecutará su juicio sobre los hombres que lo rechazaron, sobre el Anticristo y sobre Satanás.
También será este un tiempo especial para el pueblo de Israel ya que finalmente reconocerán a su Mesías: “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados” (Romanos 11:25-27).
En este tiempo los judíos verán a Jesús como el Mesías triunfante.
El Milenio
“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos,” (Apocalipsis 21:1-10)
El Milenio es un periodo literal de mil años en el cual los santos y los que dieron su vida por Cristo durante la Gran Tribulación reinarán en la tierra con Cristo.
En Romanos 8:18-23 vemos que el milenio será una época en que la maldición será quitada de la tierra: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”
La tierra será librada de la maldición de Adán y nosotros mismos tendremos cuerpos glorificados.
En Ezequiel 36:34-36 vemos que el estado de la tierra volverá ha ser como el que tenía antes de la caída de Adán: “Y la tierra asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada a ojos de todos los que pasaron. Y dirán: Esta tierra que era asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas y habitadas. Y las naciones que queden en vuestros alrededores sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado, y planté lo que estaba desolado; yo Jehová he hablado, y lo haré.”
En Isaías 65:20-25 podemos ver una serie de bendiciones que ocurrirán en el Milenio: “No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.”
En el Milenio la vida del hombre se alargará de manera asombrosa, tendrán una gran prosperidad y paz en la tierra. El hombre vivirá en comunión absoluta con Dios.
Ahora veamos los acontecimientos principales del milenio:
El Milenio se inicia después que Satanás es arrojado y encerrado en el abismo por mil años.
Luego de ello se sentarán en su trono las personas facultadas pera juzgar.
Después de eso ocurrirá la primera resurrección, donde los mártires de la Gran Tribulación resucitarán. Dice que ellos no tendrá parte de la segunda muerte, la muerte eterna, la que si tendrán las personas que se dejaron sellar por la marca del Anticristo.
Finalmente, Satanás será soltado al final del Milenio para engañar a las naciones, las cuales se levantarán contra Dios y serán finalmente vencidas.
También será el final de Satanás, quien finalmente será echado al infierno.
El Juicio Ante el Gran Trono Blanco
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego” (Apocalipsis 20:11-15).
Ante todo este es un juicio para las personas que rechazaron a Jesús. En este juicio no se encontrarán los creyentes ni los mártires de la tribulación ya que ellos ya resucitaron.
En este libro se abrirán dos tipos de libros: los que cuentan las obras de las personas y el libro de la vida.
En el libro de las obras se ve la vida de cada persona desde que nació.
En el libro de la vida está el nombre de las personas que han recibido la redención que Dios ofreció por medio de Cristo.
Cada persona que esté en este juicio verá toda su vida, con lo cual quedará demostrado que no es digno de ir al cielo debido a las cosas que hizo.
Después de esto se verá en el libro de la vida si su nombre está escrito, y al no hallarse su nombre será lanzado al infierno.
Ese será el fin de los hombres que rechazaron a Dios en sus vidas.
Esta condenación que recibirán los hombres es la segunda muerte.
Nuevamente, recordemos que este no es un juicio para creyentes.
Cielos Nuevos y Tierra Nueva
En Apocalipsis 21:1-7 dice: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”
Aquí nos encontramos en la consumación de los tiempos.
Finalmente los creyentes viviremos con nuestro Dios en la nueva Jerusalén.
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