viernes, 24 de septiembre de 2021

Doctrinas Bíblicas 3 - Clase 3 La Doctrina del Hombre y el Pecado


Capítulo 3
La Doctrina del Hombre y el Pecado
 
En los tres primeros capítulos de Génesis vemos la historia de la creación y caída del hombre.
          
En Génesis 1:26-27 vemos que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
          
En 1 Tesalonicenses 5:23 dice: Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
          
El hombre es imagen de Dios en que es un ser espiritual, tal como Dios lo es (Juan 4:24); y es semejanza de Dios en el sentido que es trino como Dios.
          
El hombre posee tres partes: un espíritu, un alma y un cuerpo, aunque los separamos por cuestión de estudio, el hombre es una unidad.
          
El espíritu es la parte central del hombre, el verdadero yo del hombre.
          
Cuando el cuerpo físico del hombre muere y es enterrado, el espíritu sigue vivo.  Es la parte eterna del hombre.  El espíritu nunca puede morir, y como hombre es un espíritu tampoco muere.  
          
En Filipenses 1:23-24 Pablo se encuentra en una disyuntiva, no sabe si quedarse en la tierra o ir al Cielo: Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.”
          
Notemos que Pablo dice que sea que muera físicamente o que se quede en la tierra él iba a seguir vivo.
          
Leamos 2 Corintios 4:16: Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.”
          
Hay un hombre interior y un hombre exterior, el hombre interior es el espíritu, y el exterior es nuestro cuerpo.
          
El hombre exterior, el cuerpo, no es nuestro verdadero yo, es la casa donde vive el hombre interior que es el verdadero yo.
          
Podemos definir entonces que el espíritu es el verdadero yo del hombre, el hombre interior, el cual es eterno.
          
También podemos definir que el cuerpo es el hombre exterior, la casa donde vivimos.
          
¿Qué es el alma? El alma es la parte mental o intelectual del hombre, donde se encuentran nuestras emociones, pensamientos, decisiones e intelecto.
          
En Hebreos 4:12 hablando de la diferencia entre el espíritu y el alma dice: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
          
Notemos que aunque el espíritu y el alma están unidos los separamos por cuestión de estudio.
          
En 1 Corintios 14:14 podemos ver la diferencia: Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.
          
El  espíritu ora, pero el entendimiento, que es parte del alma, queda sin fruto. Es decir, podemos ver que el espíritu y el alma son y tienen funciones diferentes.
          
Definiendo:
          
El espíritu es la parte central, el hombre interior, el verdadero yo del hombre.
          
El alma es la parte pensante del hombre, donde se encuentran las emociones, las decisiones y pensamientos del hombre.
          
El cuerpo es la parte externa del hombre, el hombre exterior, la casa en la cual vivimos.
 

Creación y Caída del Hombre
 
Hemos visto que el hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios, es decir como un ser espiritual, y a la vez un ser trino, pues tenía un espíritu, un alma y un cuerpo.
          
Adán fue colocado en la tierra como el gobernador de este mundo, se le dio dominio y autoridad sobre toda la creación; y se le encargo como tarea cuidar del huerto de Edén.
          
Se le dio inteligencia, de hecho el le puso nombre a todos los animales que existían, Dios le dio una compañera (Eva); vivía en un lugar de gran abundancia, donde la felicidad y alegría reinaban.
          
Solo se le dio una advertencia: mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás(Génesis 2:16-17).

La frase "ciertamente morirás", traducido literalmente del hebreo es "en tu muerte morirás". 

Recordemos que el hombre es una trinidad y tendría que morir de una manera triple. Adán no murió físicamente hasta más de novecientos años después de esto, pero Dios dijo: "El día que comas, en tu muerte morirás". La muerte significa separación, y Adán fue separado de Dios espiritualmente el mismo día que comió de ese fruto.
          
Ese momento Dios le dio algo al hombre, el libre albedrío; es decir, la capacidad de elegir su propio destino.
          
El hombre podía decidir si es que iba a vivir o a morir; la decisión no era de Dios sino de él.
          
Pero en Génesis 3:1-6 vemos que el hombre decidió desobedecer a Dios; en realidad, el estaba en su derecho pues Dios le había dado la libertad de tomar sus propias decisiones y elegir su destino, pero decidió mal, falló en el blanco.
          
Ese el significado del pecado, fallar en el blanco. Adán pudo haber cumplido su meta y propósito pero el decidió pecar y morir.
          
En Romanos 5:12 nos dice lo que paso: Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”
          
El pecado había entrado al mundo, y con el la muerte, pues en Romanos 6:23 dice que la paga del pecado es la muerte.
          
Sin embargo, vemos que apenas peco Adán no murió físicamente, sino que siguió viviendo hasta una edad avanzada.
          
Definamos lo que es la muerte. Contrario a lo que la gente piensa, la muerte no significa cesación de vida; la muerte significa separación.

En Santiago 2:16 dice: "Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta".
          
Por ese motivo como vimos antes, Pablo decía que podía partir e ir al Cielo, o quedarse en la tierra, su espíritu y su alma iban a ser separados de su cuerpo.
          
La muerte de la que estamos hablando es de la muerte espiritual, o la separación de Dios. Dios en su santidad no podía tener comunión con el pecado y ese era el estado en el que el hombre quedo después de su caída.
          
Vemos que después de comer del fruto varias cosas pasaron con el hombre:
          
En primer lugar su naturaleza fue cambiada.
          
En Génesis 3:7-8 dice: Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.”
          
Hasta ese momento el no había conocido lo que era el temor, al ser abiertos sus ojos se dieron cuenta que algo les faltaba.
          
En segundo lugar rompió su comunión con Dios.
          
En Génesis 3:9-10 dice: Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
          
Por primera vez el hombre estaba alejado de Dios, no podía estar en su presencia como antes.
          
En tercer lugar el hombre empezó a auto justificarse.
          
En Génesis 3:11-13 dice: Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.”
          
El hombre no quiso aceptar su falta, le era más fácil echarle la culpa a Dios de lo que había hecho.
          
En cuarto lugar el hombre entró en maldición.
          
En Génesis 3:14-19 vemos que el hombre no solo murió espiritualmente sino que también entró en maldición y con él arrastró a toda la creación.
          
En quinto lugar el hombre fue echado del Edén.
          
En Génesis 3:22-24 dice: Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.”
          
Finalmente el hombre fue echado del huerto, a una tierra totalmente diferente a la que conoció, donde las cosas le iban a ser difíciles y complicadas, y donde finalmente moriría físicamente.
          
Sin embargo, dos cosas sucedieron que le darían esperanza al hombre de que sería finalmente redimido.
          
Primero, en Génesis 3:15 se da la primera mención respecto a la venida del Mesías al mundo.
          
Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”
          
Segundo, Dios establece el derramamiento de sangre como medio de expiación de los pecados del hombre.
          
En Génesis 3:21 dice: Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”
          
Para poder vestir con pieles a Adán y Eva el tuvo primero que matar animales; esto significa que para cubrir el pecado del hombre se necesitaba del derramamiento de sangre.
          
Como veremos más adelante, Jesús cumplió con estas dos cosas por nosotros; Él es nuestro Mesías y para quitar nuestros pecados derramó su sangre.


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