sábado, 23 de octubre de 2021

Acerca de los Dones Espirituales - Kenneth Hagin - Lección 7


Lección  7  

¿Es Bíblico el Esperar para Recibir el Espíritu Santo? (Parte 1) 

 

Textos Bíblicos: Hechos 2:1-4; 8:5-8,12-17; 10:40-46; 19:1-3,6; 9:11,12,17 


Verdad Central: La plenitud de los creyentes del Nuevo Testamento del Espíritu Santo debería ser nuestro modelo hoy en día para recibir esta bendita experiencia. 

 

 Muchos han pensado que el esperar es un requisito previo para recibir el bautismo del Espíritu Santo. 

 

Claro que creo en esperar delante del Señor. Creo en esperar y orar larga y fervorosamente delante del Señor. Muchas veces en nuestras reuniones hemos esperado cinco y seis horas en el Señor en oración. 

 

 Sin embargo cuando veo a gente esperar y orar, llorando y agonizando para recibir el Espíritu Santo, se me rompe el corazón, porque sé que ese "esperar" no es necesario. 

 

 Antes del día de Pentecostés, Jesús les dijo a Sus discípulos, ". . . pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" (Lucas 24:49), 

 

 Algunos han supuesto que esta es la fórmula de la Biblia para recibir el Espíritu Santo. Si fuera una fórmula para recibir, sin embargo, no tendríamos el derecho de quitar la palabra "Jerusalén" fuera de su texto.  Jesús no sólo les dijo que esperaran, o que se "quedaran", sino que les dijo que se quedaran en Jerusalén.  ¿Por qué no les dijo que esperaran en Belén?  ¿Por qué no les dijo que esperaran en Jericó?  Porque era necesario que esperaran en Jerusalén, ya que la Iglesia debía tener su principio allí. 

 

HECHOS 2:1-4 

1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 

2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 

3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 

4  Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. 

 

 Los discípulos estaban esperando a que el día de Pentecostés llegara; no estaban esperando una experiencia. No estaban solamente esperando a ser llenos del Espíritu Santo. Si eso hubiera sido verdad, la Biblia habría dicho, "Cuando estaban listos, vino el Espíritu Santo." Pero no lo dice así. Dice, "Cuando llegó el día de Pentecostés. . ." Eso es lo que estaban esperando - el día. 

 

 Después del día de Pentecostés no hay ningún registro en ninguna parte en la Biblia donde cualquiera hubiera esperado, llorado, agonizado, cantado, luchado, o haberse demorado para ser lleno del Espíritu Santo. 

 

 Alguien dijo, "Yo creo en recibir el Espíritu Santo de la manera antigua." Yo también. No puedes hacerlo de manera más antigua que la de los Hechos de los Apóstoles. Propongo que miremos en los Hechos, veamos cómo lo hicieron, y sigamos su ejemplo en llevar a la gente a ser llena del Espíritu Santo. 

 

 Leyendo a través de los veintiocho capítulos del libro de los Hechos, uno que no sea un estudiante de la Biblia podría suponer que está leyendo algo que sucedió en un período de unos pocos días, unas pocas semanas, o incluso unos pocos años. Sin embargo, los acontecimientos en este libro cubren bastantes años. 

 

 Ocho años después del Día de Pentecostés vemos a Felipe llevando el evangelio a la gente de Samaria. 

 

Los Creyentes Llenos  en Samaria 

 

HECHOS 8: 5-8 

5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. . .  

6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 

7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 

8 así que había grande gozo en aquella ciudad. 

 

 El gozo no es necesariamente una característica de ser lleno del Espíritu Santo. Esta gente tenía gran gozo antes de ser llenos del Espíritu. Podemos tener gozo antes, y podemos tener gozo después. Es gozoso el ser salvo. Es gozoso sanarse. Es gozoso el gozar de las bendiciones de Dios. 

 

HECHOS 8: 12-17 

12 Pero cuando creyeron a Felipe que anunciaba el evangelio del  reino de Dios y el nombre de Jesucristo se bautizaban hombres y mujeres. 

13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de 

Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 

15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo. 

16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 

17 Entonces les imponían las manos, y recibían al Espíritu Santo. 

 

 Felipe tuvo un avivamiento glorioso en Samaria. Cientos de personas debieron ser salvos y tantos sanados. Y todos recibieron el Espíritu Santo. Notemos, también, que recibieron sin esperar, sin orar, sin agonizar, y sin excepción ni desilusionamiento. 

 

 

Los Creyentes Llenos  

en la Casa de Cornelio 

 

 Luego diez años después del Día de Pentecostés, la Biblia nos cuenta acerca de Pedro yendo a la casa de Cornelio para llevar el evangelio. 

 

 En el décimo capítulo de los Hechos, vemos que un ángel apareció a Cornelio y le dijo que enviara a Jope y preguntara en la casa de cierto individuo por Simón Pedro, quien, "te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa" (Hechos 11: 14). 

 

 Hasta ese entonces, ni Cornelio ni su casa habían sido salvos. Eran judíos prosélitos. No sabían que Jesús había muerto.  Una persona no puede ser salva sin oír el evangelio, así que Pedro les predicó. Ellos creyeron y fueron nacidos de nuevo mientras Pedro estaba predicando, y ellos recibieron el Espíritu Santo y hablaron en lenguas ¡antes de que él hubiera acabado su mensaje! 


HECHOS 10: 44-46 

44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. 

45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 

46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. . .  

 

 Fíjate que fueron salvos y llenos del Espíritu Santo, hablando en lenguas, sin tener que esperar - sin demorar, alabar, o cantar. Cometemos un error al pensar que las cosas deben ser hechas de cierto modo - excepto el modo bíblico. Dios no tiene métodos rígidos. Mientras Pedro aún estaba predicando esta gente recibió el Espíritu Santo. También he visto a quienes han recibido el Espíritu Santo mientras yo estaba hablando. 

 

 

Los Creyentes Llenos en Éfeso 

 

 Luego veinte años después de Pentecostés, Pablo viajó a Éfeso. Allí conoció a varios creyentes y les presentó la Persona del Espíritu Santo, como vemos en Hechos 19: 

 

HECHOS 19:1-3,6 

1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos. 

2 les dijo, ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?  Y ellos le dijeron:  Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 

3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados?  Ellos dijeron:  En el bautismo de Juan. 

6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban. 

 

 Como vemos en los versículos anteriores, los creyentes en Efeso nunca habían oído acerca del Espíritu Santo.  Pero cuando Pablo les impuso las manos, el Espíritu Santo vino sobre ellos y hablaron en lenguas. 

 

 Cada uno de ellos - sin esperar, sin alabar, y sin demorarse - fueron llenos del Espíritu Santo y hablaron en otras lenguas así como el Espíritu de Dios les daba que hablasen. 

 

 Pablo les dijo a los Efesios, "¿Recibisteis. . . ?"  No les dijo, "he venido aquí para orar para que Dios derrame el Espíritu Santo sobre vosotros."  El Espíritu Santo ya había sido derramado en el día de Pentecostés. 

 

 (Vimos anteriormente en Hechos 8, que los apóstoles en Jerusalén enviaron a Pedro y a Juan a Samaria para que impusieran las manos a los convertidos de Felipe para recibir el Espíritu Santo. No les enviaron para que esperaran en Dios por el Espíritu Santo.) 

 

 

La Llenura con el Espíritu de Pablo 


 Pablo, quien impuso las manos sobre los Efesios, previamente fue conocido como Saulo de Tarso. La narración de su experiencia de recibir el Espíritu Santo es encontrada en el capítulo nueve de los Hechos: 

 

HECHOS 9:11,12,17 

11 Y el Señor le dijo, Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso, porque he aquí, el ora, 

12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 

17 Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te pareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 

 

 Saulo, mas tarde conocido como Pablo, recibió el Espíritu Santo inmediatamente. No tuvo que demorarse o esperar. 

 

 "Pero no dice que habló en lenguas," puede que alguien objete. Es verdad que no se menciona esto específicamente aquí, pero Pablo mismo más tarde dice que habló en lenguas: "Doy gracias a Dios, que hablo en lenguas más que todos vosotros" (1 Cor, 14:18).  Sabemos que no empezó a hablar en lenguas antes de recibir el Espíritu Santo, así que no sería demasiado difícil averiguar cuándo empezó. Empezó cuando recibió el Espíritu Santo, tal y como el resto de nosotros hacemos, porque las lenguas van con aquella experiencia. 

 

 "Pero yo recuerdo esos momentos maravillosos que tuve buscando a Dios durante varios años antes de ser lleno," alguien me dijo en cierta ocasión. 

 

 "¿Has parado de buscar a Dios?" le pregunté. "Yo recuerdo el tiempo que tuve la semana pasada buscando a Dios.  Yo recuerdo el tiempo que tuve al buscar a Dios hoy. Yo creo en buscar a Dios y esperar en el. Los creyentes llenos del Espíritu Santo necesitan buscar a Dios tanto como aquellos que no están llenos." 

 

 "Sí, pero yo aprendí muchas lecciones," dijo cierto hombre. 

 

 "Podrías haberlas aprendido mucho más rápidamente con el Espíritu Santo de lo que hiciste sin Él," le dije. "¿Y no es verdad que lo que aprendiste cuando fuiste lleno fue que no tenías por qué haber hecho toda aquella espera?

 

 El se rió y dijo, "Tienes toda la razón. Lo primero que dije después de recibir fue que si solo me lo hubiera dicho alguien, podría haber recibido hace años." 

 

 No tenemos que esperar cinco años, cinco semanas, o incluso cinco minutos. ¡El bautismo del Espíritu Santo es un don que todo creyente puede recibir ahora mismo! 

 

Texto Para Memorizar: 

"He aquí yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" (Lucas 24:49)


LA LECCION EN ACCION: "Pero sed hacedores de la Palabra, y no tan solamente oidores. . ." (Santiago 1:22). 

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