martes, 12 de octubre de 2021

Doctrinas Bíblicas 17 - La Doctrina de la Iglesia


Clase 17
La Doctrina de la Iglesia

Para poder entender el plan de Dios en este mundo debemos entender lo que es la iglesia, pues es el medio a través del cual va ha realizarse su plan en este mundo.

Definición de Iglesia

Lapalabra iglesia viene del término griego ekklesia, esta palabra, a su vez, se compone de dos: "ek" que quiere decir "fuera del grupo" y "kaleo" que significa "llamar," de ahí podemos ekklesia definir como:  “los llamados a estar fuera.” 

Desde la antigüedad se usó el término ekklesia para designar un grupo de personas que era llamado a una reunión pública, una asamblea; no importando el carácter de la reunión. Por ese motivo, cuando los creyentes del Nuevo Testamento se unieron para adorar a Dios, se llamaron ekklesia.

Vine confirma eso cuando dice: “Se usaba entre los griegos de un cuerpo de ciudadanos reunido para considerar asuntos de estado.”

En Hechos 19:23-41 podemos ver un ejemplo claro de esto durante el alboroto que ocurrió en Efeso provocado por los seguidores de la diosa Diana.

En el verso 32 dice: “Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido.” Y en los versos del 39 al 41: “Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir. Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.”

En la Septuaginta se utiliza el término ekklesia en lugar del hebreo kagai en Hechos 7:38 para designar a la congregación de Israel: “Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos.

En Hebreos 2:12 también vemos esto: “Diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.

A partir de Mateo 16:18 ekklesia se convierte en un término cristiano luego del uso que Jesús le dio en ese verso: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”

En Efesios 1:22-23 la iglesia es llamada el cuerpo de Cristo: “Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”

En 1 Corintios 12:12-13 dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”

Por lo que hemos visto podemos definir a la iglesia de esta manera: “La iglesia es la comunidad, congregación o asamblea de todos los creyentes del Nuevo Testamento que han sido unidos por los lazos de la fe y la acción regeneradora del Espíritu Santo, de una manera vital a Jesucristo.

Notemos que el término iglesia no su refiere a un templo, edificio o lugar de culto como sucede en la actualidad sino a la gente que se reúne en esos lugares. 

La Iglesia Local y la Iglesia Universal

La iglesia podemos verla en dos dimensiones: la iglesia universal, que es el cuerpo de Cristo, todos los creyentes que están sea en el cielo o que vivan en la tierra; y, la iglesia local, que son comunidades, congregaciones o asambleas que se reúnen en un lugar geográfico determinado. 

En Colosenses 1:18 vemos a Jesús como cabeza de la iglesia: “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.”

Jesús es la cabeza de todo el cuerpo que el la iglesia universal, a la cual todos nosotros pertenecemos, sin importar cual sea la iglesia local a la que pertenezcamos.

Notemos lo que pasó mientras Pablo perseguía a los creyentes: “Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” (Hechos 9:1-5).

Pablo pensaba que perseguía a la iglesia, pero en realidad estaba persiguiendo a Jesús. La iglesia universal es el cuerpo de cristo.

Otra definición de la Iglesia local es esta: “Una congregación de santos organizada de acuerdo con el Nuevo Testamento de un sitio.” Por ejemplo: ". . . la Iglesia en Cencrea" (Romanos 16:1), ". . . la Iglesia de los Tesalonicenses" (1 Tesalonicenses 1:1), ". . . la Iglesia en Tiatira" (Apocalipsis 2:18).

En el Nuevo Testamento hay muchos registros más de iglesias locales las cuales se reunían en lugares particulares.

Nosotros como creyentes nos reunimos en una iglesia local pero pertenecemos a la iglesia universal.

Propósito y Misión de la Iglesia

En 1 Pedro 2:9 dice: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”

El plan de Dios para la iglesia es que anunciemos a Jesús.

En 1 Timoteo 2:3-4 vemos cual es el plan de Dios para el mundo: “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Dios desea que todos los hombres sean salvos.

En Juan 3:16 vemos que por ese motivo vino Jesús al mundo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Jesús vino al mundo para morir por nosotros y darnos vida eterna, el precio ya fue pagado pero ahora nos toca a nosotros hacer algo.

En 1 Corintios 1:21 dice: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.”

Nos toca ahora predicar el evangelio.

En Marcos 16:15-16 Jesús dijo: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Es nuestra responsabilidad ir al mundo y predicar el evangelio.

En 2 Corintios 5:18-20 vemos de manera más clara el propósito de Dios para la iglesia: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”

Dios le dio un ministerio a la iglesia, el consagrarse a reconciliar a los hombres a través de la predicación del evangelio.

Otra parte de la misión de la iglesia la vemos en Efesios 4:11-12: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.”

Dios ha levantado el ministerio quíntuple para perfeccionar o entrenar a los santo para que hagan la obra del ministerio, es decir, equiparlos para que puedan predicar el evangelio con efectividad. 

Además para que los creyentes puedan ser edificados y crecer en la gracia de Dios.

Gobierno de la Iglesia

Dios ha levantado las iglesias locales colocando el ministerio del pastor para su dirección y cuidado.

En Mateo 24:45 dice: “¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?

En Hechos 20:28 vemos que Dios mismo, a través del Espíritu Santo es quien pone los pastores en la iglesia: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.”

Cuando la Biblia habla de obispos esta hablando de pastores en su papel de supervisores del rebaño.

Dios es el que colocó el ministerio pastoral en la iglesia, recordemos que en Efesios 4:11 dice: “Y el mismo constituyó. . . pastores. . . .

Dios es el que eligió a los pastores, no la iglesia, la iglesia solamente reconoce al pastor que Dios le dio.

La iglesia tiene la responsabilidad de reconocer a su pastor pero el pastor también tiene responsabilidades hacia la iglesia.

En 1 Pedro 5:1-4 dice: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.”

Aquí el término anciano se refiere a los pastores, noten que al final se llama a Jesús el príncipe de los pastores.

Pedro les dice a los pastores que apacienten sus iglesias locales, cuidando de ellos porque fue Dios quien les encomendó ese rebaño.

Finalmente en Efesios 4:12 vemos n aspecto mas del ministerio pastoral: “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.”

Es decir, convertir a los creyentes en ganadores de almas, entrenarlos y equiparlos para que puedan realizar con efectividad la Gran Comisión.

Además, enseñarles la buena Palabra de Dios, todo el consejo de Dios para que puedan tener vidas fructíferas.


 


No hay comentarios:

Publicar un comentario